martes, 18 de septiembre de 2012

El valor personal del Comercial en una Venta

 
Como todos sabemos, el mercado ha cambiado y por tanto las necesidades que un cliente pueda tener a la hora de comprometerse con una marca y con el comercial que la representa.

 
En los últimos tiempos, la premisa de cualquier marca es ser más competente que el resto de las marcas del mercado, no sólo en lo que se pueda aportar de manera objetiva, sino en cuanto al valor añadido que el comercial deba generar en una venta.

 
De esta manera podemos preguntarnos, ¿qué primaría hoy en día, un comercial que sólo se preocupa por exponer su discurso, o un comercial que pretenda crear conversación e interacción para detectar necesidades reales? Sin dudarlo, la segunda opción.

 
Para convencer a un cliente que compre algo cada vez es más importante hablar su lenguaje, ya que los clientes no buscan recibir mensajes obsoletos y sin ningún tipo de personalización hacia su negocio de actividad. En estos momentos, y para que se comprometan con nuestro producto, no solamente es necesario ofrecerles algo a cambio de su fidelidad (promociones, descuentos, etc,) sino sobre todo marcar la diferencia con una buena atención al cliente basada en la constancia, en la sinceridad, en la confianza y persistencia en el trato diario.

 
Según vuestra experiencia, ¿qué peso tiene el valor añadido de la figura comercial para que una venta sea productiva y perdure en el tiempo?

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