Como todos sabemos, el mercado ha cambiado y por tanto las necesidades que un cliente pueda tener a la hora de comprometerse con una marca y con el comercial que la representa.
En los últimos tiempos, la
premisa de cualquier marca es ser más competente que el resto de las marcas del
mercado, no sólo en lo que se pueda aportar de manera objetiva, sino en cuanto
al valor añadido que el comercial deba generar en una venta.
De esta manera podemos
preguntarnos, ¿qué primaría hoy en día,
un comercial que sólo se preocupa por exponer su discurso, o un comercial que pretenda
crear conversación e interacción para detectar necesidades reales? Sin
dudarlo, la segunda opción.
Según vuestra experiencia, ¿qué peso tiene el valor añadido de la
figura comercial para que una venta sea productiva y perdure en el tiempo?
No hay comentarios:
Publicar un comentario