Alquiló un trozo de
terreno, colocó una gran valla y anunció su mercancía gritando a todo pulmón:
"Compren deliciosas albóndigas calientes". Y la gente se las
compraba.
Aumentó la
adquisición de pan y carne. Compró un terreno más grande para poder ocuparse
mejor de su negocio. Y trabajó tanto que dispuso que su hijo dejara la
Universidad donde estudiaba Ciencias Comerciales a fin de que le ayudara.
Sin embargo,
ocurrió algo importante. Su hijo le dijo:
-"Padre, ¿pero
no escuchas la radio, ni lees los periódicos? Estamos sufriendo una grave
crisis. La situación es realmente mala; peor no podría estar".
El padre pensó:
"Mi hijo estudia en la Universidad, lee la prensa, ve la televisión y
escucha la radio. Sabe entonces lo que dice".
Compró pues menos
pan y menos carne. Sacó la valla anunciadora, dejó el alquiler del terreno a
fin de eliminar los gastos y ya no anunció sus ricas albóndigas con pan. Y las
ventas fueron disminuyendo cada día más.
Después de un
tiempo, el negocio estaba realmente afectado
-"Tenías razón
hijo mío", le dijo al muchacho. "Verdaderamente estamos sufriendo una
gran crisis".
Espero que os haya gustado la fábula, la moraleja que
podríamos extraer de ella es que si piensas en positivo, si visualizas éxitos,
probablemente coseches éxitos. Si piensas en negativo, probablemente fracases.
Por supuesto no todo depende la actitud, hay cosas que no
podemos cambiar, soy consciente de la dificultad que entraña hoy en día vender,
pero otras cosas sí está en nuestra mano cambiarlas, siempre podremos dar un
enfoque más positivo a nuestra visión así que, porque no hacerlo?
¿Qué opináis vosotros? ¿Pensáis, como los publicistas de
Martini, que también la suerte acompaña a una determina actitud “Luck is an attitude”?
Por mi parte estoy convencida de que no venden los
productos, son las personas las que marcan la diferencia y hacen que el cliente
se decante por uno u otro en similares circunstancias. Y es que no es tu
APTITUD, si no tu ACTITUD, lo que finalmente determinará la ALTITUD que logres
alcanzar.