Cuando descubrimos en internet, en prensa escrita o en cualquier otro medio, un puesto de trabajo como “Comercial”, rápidamente nos viene a la mente la imagen de aquella persona que, maletín en mano, recorre las calles de puerta en puerta tratando de captar la atención de un posible cliente y buscando incansable el cierre de una venta.
Es curioso como simplificamos el concepto para concluir en una función puramente captadora de clientes, obviando otras muchas funciones asociadas a la labor de un Comercial, como por ejemplo la fidelización.
Con la que está cayendo en el mercado, ¿qué estrategia comercial deberían seguir las empresas?
· Deberían tender hacia la prospección del mercado, captación y ampliación de la cartera de clientes.
· O por el contrario sería recomendable atender a la fidelización de los clientes de la compañía en espera de tiempos mejores.
- Si nos decantamos por la primera, podremos dar difusión a nuestra empresa y la actividad que desarrollamos, creando una mayor red de conocimiento en torno a la misma. No obstante y lamentablemente, nos encontraremos con muchas puertas cerradas, debido a la falta de liquidez de algunas empresas, miedo ante impagos, desconfianza del servicio….que impera en el mercado.
- Si optamos por la segunda opción, estaremos haciendo frente al coste de oportunidad que tiene orientar nuestros esfuerzos hacia la fidelización de nuestros clientes, pero mantendremos una cartera viva y fiel, que ayudará a la mejora de nuestra reputación corporativa y nos acompañará en nuestra andadura comercial.
Hoy en día, ¿deberían las empresas anteponer el cuidado de sus clientes a la búsqueda de potenciales?
¿Sería recomendable que premiasen a sus comerciales por la fidelización y generación de lazos de confianza con sus clientes, del mismo modo que se premia la apertura de nuevas cuentas?
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